Mi nombre es Salvador Flores. Me dedico a la ebanistería desde el 2013. En aquel momento yo era un ingeniero trabajando en la industria de electrodomésticos. Diseñaba componentes metálicos y plásticos, hacía análisis de ensambles, investigación de fallas y diseño de soluciones. Era algo así como una mezcla entre diseñador y perito. Parte de eso me gustaba pero otra parte de mí era miserable. No sentía pasión, o la sentía en dosis demasiado pequeñas. Jamás me sentí recorriendo mi verdadero destino, ni luchando por una causa que valiera la pena. Eventualmente pasó lo que tenía que pasar, renuncié a eso para buscar mi propio camino.
En la madera y la ebanistería yo encuentro mi medio de expresión y una ruta para ayudar a otros. Pienso que la ebanistería puede verse como algo más que un oficio. Para mí se trata de un arte. Y puede ser un arte con un mensaje poderoso. Desde un humilde taller y con nuestras propias manos podemos gestar un cambio muy positivo para a toda la sociedad, haciendo que la calidad extraordinaria se convierta en una aspiración realista, un estilo de vida, una cuestión de alegría, de re conexión con uno mismo, de honor y una señal de crecimiento personal.
El tema de la calidad se ha trivializado casi por completo. Cuando se trata de publicidad todo mundo asegura producir alta calidad, o calidad insuperable, etc. Se ha explotado hasta quitarle el sentido y el poder de comunicar algo a la palabra ya que todos sabemos que en realidad muy pocos la producen. Esto está tan generalizado que hemos llegado a un alto nivel de conformismo. Estamos acostumbrado a lo chafa a tal grado que nos parece correcto renovar un espacio sala, una cocina, recamara, el auto, etc. Aceptamos ciclos de vida cortos, abrazamos modas fugaces para tratar de compensar lo mundano e insignificante de cuanta cosa nos rodea. El sentimiento de novedad es otra forma de compensar la banalidad y muy poderoso y conveniente para la industria, pero destructivo para el planeta y nuestros valores.
Pero ¿podemos cambiar algo? Si agregamos significado a cosas útiles y agregamos pasión al trabajo, ¿qué tanto podrían cambiar las cosas?
Lo que quiero lograr
No trato de hacer sólo muebles aunque lo disfruto muchísimo. Tampoco trato de enseñar a hacer muebles únicamente. Quiero inspirar a la gente a encontrar su pasión y a impulsarlos a que la persigan fervientemente. La pasión es fundamental para producir calidad extraordinaria en lo que sea que hagas, pues este nivel de calidad obviamente no es fácil de conseguir. Hay muchos problemas que resolver antes de conseguirla y solamente la pasión te da la fuerza suficiente para atravesarlos sin que se convierta en un calvario.
Lo que propongo no se logra de un día para el otro, obviamente. Es el inicio de un proceso. Otros ya lo hacen sin darse cuenta, todos aquellos apasionados de su oficio, artistas, joyeros, ebanistas, arquitectos, músicos… sólo creo que hace falta conectar los elementos, como trato de hacerlo yo, para que otros puedan ver con más claridad lo importante que puede ser algo tan simple como dedicar tu vida a aquello que te hace feliz o por lo menos permitete explorar, experimentar, aquello que te apasione tanto que puedas ejecutar al más alto nivel y que cada paso nuevo que des te llene de orgullo e inspire a los demás.
La ebanistería
Como ya lo dije, para mi es más que un oficio del cual obtener ingresos. Para mí es un arte con el que busco superarme y emocionar tanto a quienes usan los muebles como para quienes ven el proceso. Y me llena de orgullo poderlo transmitir y enseñarlo a todos los que quieren aprender y quieren no sólo hacer un mueble, sino expresarse con excelencia en el lenguaje de la madera y el diseño. Espero que encuentres valor en esta misión y te sumes a la comunidad de nuevos ebanistas.
La vida es muy valiosa como para dedicarla a cosas banales.
Salvador Flores
Contacto
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